La no verdad que da dicha

No hay verdades universales, inmutables, solo provisionales, locales, temporales. Vale para lo físico y para lo espiritual, si es que hubiera alguna diferencia. Aunque solo fuera porque son humanas, y lo humano es el cambio, y un tipo particular de inteligencia y consciencia encarnadas. No dejaría de ser una discusión inocente de tertulia si no afectara a nuestra vida. Y somos adictos a grandes frases lapidarias, morales, que han de servir en toda ocasión, siempre y para todos. Angustiados, aherrojados, nos forzamos en estrechos cubículos morales inventados. No existe más que lo particular no lo universal, el ahora no el siempre, el existe un y no el para todo.       

He pensado muchísimo en el mundo real y en el observado, supongo que por una doble vocación física y mística. Discrepo de los místicos o físicos que dicen que se puede acceder a la realidad tal cual es, cualquier detector toma solo parte de la supuesta realidad y la modela/interpreta, toda observación tiene un filtro, aunque solo sea el filtro humano. Pero sí que podemos darnos cuenta de que nuestra visión siempre es filtrada, interpretada y teñida, lo cual ya es mucho. 

Hay un lema en mi familia, La verdad queda dicha, que se solía enunciar justo después de haber emitido un juicio poco favorable para el afectado, literalmente después de haberle cantado algunas verdades. Con ese precedente, la verdad es que no le tengo mucha simpatía a las verdades. 

En la no-familia que nunca funde tendremos el lema: La no-verdad que da dicha. Dicha queda.