Sentimientos de este mundo


Sentado en mi banco favorito del parque. Sin saber de dónde ni por qué me arrebata un recuerdo que lleva de la mano un sentimiento angustioso de doloroso fracaso. Los sentimientos son eso, emociones elaboradas cargadas de significado. Venía todo en un paquete: hecho, juicio y sentencia.


Cuando eso ocurre estoy mirando la fuente de agua frente a mí. Caben muchas cosas proyectadas a la vez en esa pantalla de la consciencia. 


El sentimiento se ha forjado con los condicionamientos que el mundo ha dejado como fantasmas en los laberintos de la mente, en la obra viva y la obra muerta. Los pasados que recuerdo y no recuerdo, lo sufrido y disfrutado, las anticipaciones de todos futuros que no fueron, que los que fueron son pasados. 


Lo recibo como la palabra de un amigo, lo escucho atento y abierto. Es maravilloso que esté aquí, que venga de tan adentro de la mente con un mensaje para mi, sea dolor o alegría. 


Pero le pido que dejemos los juicios y sentencias a la puerta y hablemos.


Decía alguien que cuando vemos una montaña no creemos que la montaña seamos nosotros.


El sentimiento que recibo está aquí en mi consciencia, lo mismo que la fuentecita de agua. La fuente no soy yo, el sentimiento tampoco soy yo. Yo soy el espacio donde aparecen. Todo surge en la conciencia como burbujas que aparecen y después se van. No soy ni el mundo ni la mente que allí aparecen. Las palabras sólo pueden describir lo que no soy, lo que sea que pueda señalar no soy yo. Que soy es cierto. Que sea desgraciado es falso, porque ese predicado está en la mente-mundo. No soy mis condicionamientos ni mi historia, aunque estén aquí mismo, vecinos, pero cada uno en su casa. En el presente soy libre de los pasados y futuros. Mi ser no tiene nada, ni es nada más que ser y darse cuenta. 


Todo surge por sí mismo, yo no hago nada.  Sólo lo veo pasar, como jefe de una estación en la que no para nunca ningún tren, con su gorra y bandera roja enrollada y levantada en alto, no dando paso aunque lo parezca, porque los trenes pasarán de todas formas.


Lo que ocurre es como el sol sobre el tronco del árbol, con la compañera sombra que se extiende por el lado opuesto. Ni siquiera le pongo una relación causa efecto. Natural y necesario. Nada que decir, nada que hacer. 


Con la misma urgencia el sentimiento se fue. Yo permanezco.












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